jueves, 11 de septiembre de 2014

En el último trago.

Acaba de entrar Chavela Vargas en la habitación; con sus gafas de sol tapando los ojos de paloma negra, su pelo recogido, y su poca altura disimulada en un rebozo rojo con motivos geométricos negros y bláncos. Sí, se que esta muerta, pero aquí abrieron la puerta y era la bendita señora con la presencia de una tormenta local, sin áura ni lucecitas. Persona-persona.



"¿Que estás haciendo caraja? ¿No te diluiste ya bastante de tanto esperar? Espabílate mijo, que te vas al matadero".

Y tal como entró se fue.