lunes, 27 de septiembre de 2010

Ruinas de un diálogo.


- Sabes, sonará tópico, pero incluso en el mejor de los días, en el momento menos inesperado, de pronto, me siento absolutamente solo.
- Y tú sabes que no lo estás.
- Creo que no lo entiendes. No sé cómo expresarlo. Todo va bien, y, la siguiente bocanada de aire se carga de plomo, de uranio y de cicuta, es como si me pesaran los pulmones, como si se envenenara el corazón. Una sensación extraña, pero hace tiempo que viene a visitarme. Sobre todo al final del día.
- Quizás sea ansiedad, ese miedo a la llegada del sueño, a lo desconocido, el miedo interno a no despertar más.
- No tengo miedo a lo desconocido, ni a la muerte. Ojalá fuera así. Creo que le tengo miedo a la vida.
- ¿Pero es ansiedad lo que sientes?
- Algo así, pero de otra forma. Es innegable que bastante tiene que ver, pero, es algo más. Lo que te digo, una sensación de soledad absoluta. Estoy seguro de que muy poca gente la ha llegado a sentir.
- Eso crees, pero, no estás dentro de los demás, no puedes aventurarte al egoísmo de creer sufrir sentimientos que otros no tienen. Pecas de egoísmo emocional.
- Quizá, ya sería lo que me faltaba… Un sentimiento insoportable y egoísmo de adolescente incomprendido. Pero no creo que sea así, puede que si, pero no lo creo… simplemente desearía que nunca nadie sintiera eso.
- Todos nos sentimos solos alguna vez. Pasa el tiempo y nos damos cuenta de que no es así, y aunque en algún momento lo sea, seguimos adelante.
- Ya, pero, es una soledad diferente. Durante muchos años me he acostumbrado a ella, a la soledad. A veces la he disfrutado, a veces me ha dolido. Pero esta es diferente. Es, como te digo, solo un instante. Un agujero negro de micras de segundo que parece alargarse varios minutos. Pero no acaba de tragarme y eso es lo peor.
- ¿Desearías a caso que te tragara?
- No, claro que no. Pero, a veces es peor un sentimiento a medias que uno acabado. Este desde luego no acaba ahí, cada vez se muestra más, pero nunca acaba. Es como si escapara a una verdad que parece chocar contra mi cara, pero no fuera consciente de ello.
- No acabo de entenderlo…
- Piensa por ejemplo en la persona que más amas. Un amor platónico. El día menos pensado se acerca a ti, se sienta contigo en el autobús, en el cine o en el asiento de al lado de clase. Te mira y tú te mueres por dentro, y, cuando vas a decir algo, cuando por fin reaccionas, después de pensarlo todo mil veces, ya es tarde, muy tarde.
- Me hago una idea… algo así como poner la miel en los labios. Pero, ¿qué tiene que ver el amor con la soledad? Desde luego no describes ese sentimiento como algo dulce.
- Lo tiene que ver todo. Amor y soledad son dragón y espada. Pero es difícil decir cual es cual, aunque parezca evidente. Si, es todo un uno.
- ¿Todo? Y que harás cuando acabes de sentir eso que dices. Cuando el agujero te trague y no te deje a medias.
- No lo se…
- ¿Seguro? Al menos que crees.
- Que le tengo tanto miedo a la vida que no puedo amar a nadie.
- No digas tonterías. A pocos conozco como tú. Te creces en las situaciones difíciles. Y sabes que no estás solo. Me tienes a mí y a mucha más gente a la que la duda les ofendería.
- Esa es la duda de hoy.
- ¿Y mañana?
- Mañana hay que vivir de nuevo. Por hoy ya he muerto.

2 comentarios:

  1. Ultimamente tus entradas me dejan totalmente mudo. Pero bueno, me decido a dejar un comentario para al menos dejar constancia de mi paso por tu rincón.

    Pero llevo varios días que entro y releo tus entradas convencido de ser capaz de decirte algo... y nada, no puedo... me derrumban totalmente.

    Eres un genio!!
    Nos veremos pronto por la capital (espero ¬¬)
    cuidate.

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  2. Seguro que mudo de boca, pero tu cabeza dudo que pare de hacer ruido. =)

    Y que no te derrumben, mi intención nunca es destructiva.

    Y lo de genio, tan siquiera tengo lampara, asique lo descarto.

    Lo único con lo que apenas discrepo es con lo de nos veremos por la capital.

    Gracias por la huella ^^

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