domingo, 7 de noviembre de 2010

Tragedias cotidianas

Les informo de la tragedia ocurrida a las 13:30 horas del domingo 07 de Noviembre de 2010, en Santiago de Guayaquil, horas después de dejar de ser territorio vaticano.



Disponiendome a limpiar la encimera y apartando para esto los objetos que sobre ella reposaban, fue concretamente en el traslado del salero azul, que tantos años y en tantos platos nos ha acompañado, cuando este golpeó ligeramente su azul barriga contra el respaldo de una silla. En este tan inocente golpe nadie pensaría la desgracia, pero, súbitamente, con cierto retardo tras el impacto, la sal se calló al suelo. Se le había roto el culo. A pesar del titánico intento de trasladarlo rapidamente a su encimera de origen, donde se derramó el resto de la sal, ya era demasiado tarde.

La cocina se ha quedado extremadamente salada, y se ríe de mi como un mal chiste, pero, esto es una total tragedia.

Tras varios intentos de reanimación, tratando de frenar la sal-orragia, entre cola del carrefour y mucho ingenio para unir sus decenas de pedacitos, he tenido que darme por vencido.

Se procede a la limpieza de la sal, y a la reposición temporal por el salero cutre de plástico de la balda de cosas no usadas, a la espera de ser repuesto por un salero de tiendas orientales, hoy cerradas ante tal desgracia.

No sonarán campanas, pero si lo harán las cucharillas.

Adios salero. Los cuatro inquilinos del piso, el menaje de cocina, la gallina que guarda los huevos e incluso el azucarero te echarán de menos.


PD: Esta entrada está dedicada a todos los saleros que han roto en el mundo durante las 8 horas de la visita del papa a Santiago.La cifra asciende, oificalmente, a 674. Pero eso solo son los datos oficiales. Con ese dinero se habrían comprado cientos de miles de ellos.

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