lunes, 27 de diciembre de 2010

La mala costumbre de levantarse tarde

Hace poco que recibí una carta que, en principio, me cayó como un jarro de agua fría. Hoy simplemente, la reproduzco dándole la razón; por despertarme de esta especie de anestesia en que a veces nos sumerge la vida.


’ Tengo un montón de ideas desordenadas en mi cabeza, desde hace tiempo, hacia ti, y hacia esta carta. No son malas, porque no has hecho nada malo. Pero creo que tampoco son exactamente buenas. Por eso, como tú no tienes maldad ninguna, mereces saberlas, sea lo que sea que ello implique.

Damos por hecho que somos amigos. ¿No? Creo que es la idea clave. Si, tú también lo crees. Pero hace un tiempo que me he sorprendido con la idea de que quizás esto no es así. Me imagino que ya te estarás preguntando si me has hecho algo. Nada malo desde luego. Hemos sido amigos, y, en algún momento concreto, una de esas grandes amistades de la historia de las que tu hablabas, esa vinculación especial, no por necesidad ni por placer. Por el bien, porque sí. Bueno… Como no ha ocurrido nada que rompiera el vínculo, este se da por hecho.

Pero está el tiempo. El tiempo pasa y un manojo de grandes recuerdos no es suficiente. Ya no sirven de motor, y no crear ningunos nuevos los atasca en quién sabe qué lugar. ¿Me explico?
Tú ahora tienes tu vida, yo tengo la mía, y aunque esos buenos recuerdos te revivan de cuando en cuando, ellos son los únicos que forman parte de mi vida. Tú, tu presente, diría casi que no es nada para mí. 

¿Recuerdas aquellos días en que reaccionamos contra el tiempo y los compromisos? Nos empeñamos en poner de nuevo en marcha la máquina de recuerdos.

Aquí entra la mala suerte o la buena, quien sabe. Compromisos de última hora, amigos necesitados, etc etc… ¿Recuerdas aquel verano? Planeamos aquellos días para nosotros, y alguien pidió tu ayuda, una y otra vez, cuando yo solo pedía tu compañía. 

Aunque parezca lo contrario no te estoy reclamando nada. Estoy seguro que ese conjunto de decisiones te han llevado a buen puerto, y, además, cuando anteriormente yo pedí ayuda tú acudiste, y seguro que abandonaste a otros que, en principio, solo pedían compañía. Es lo más noble.
Pero, quizás aquella compañía era un grito desesperado de ayuda. Probablemente no, pero nunca te revelaré la incógnita. ¿Es cruel? Te pido perdón ya mismo, pero no me retracto. Sé que si quisiera verte de nuevo, solo tendría que pedirte ayuda. 

Y es que lo dejas todo por acudir cuando hay problemas, y entonces demuestras de verdad el valor de una amistad. Ya se sabe lo que dicen no… el amigo es el que está en los momentos duros. Pero a mí no me parece justo. Ni para ti ni para los demás. 

Normal que después te de pereza quedar con la gente, como me decías a veces… no es satisfactorio establecer relaciones a base de resolver problemas. Te pierdes los momentos buenos, por mucho que sea ‘lo fácil’. Que sí, que se que disfrutas mucho con mucha gente, pero seguramente sabes por dónde va el punto. Y es que una cosa es disfrutar del día a día sobre la marcha, y otra vivir el día a día como uno realmente quisiera. Una vez hablamos de eso, ¿te acuerdas?

Pues eso. Que tú tienes tu vida, y yo la mía. Que creía que te echaba de menos, pero echo de menos tu recuerdo, y son cosas diferentes. Y desde luego no quiero una respuesta a esta carta, ni que acudas a mí por ella. Aunque igual ya es demasiado tarde. Pero prefiero que no lo hagas. No somos amigos, aunque lo fuimos, y quien sabe, quizás lo volvamos a ser, quizás no. No me preocupa porque ambos hemos obrado sin maldad, asique tampoco deberías preocuparte. Asumo mi 50%. Esto no implica nada, si te veo, te seguiré saludando, te preguntaré que tal estás, y si las circunstancias se dieran, tomaríamos algo y charlaría contigo sin dudarlo. Conociéndonos acabaríamos hablando durante horas.

O quizás no.

Sea lo que sea, hemos hecho nuestras decisiones, y yo mantendré siempre los recuerdos. Mantener un lazo es demasiado doloroso. Pero, que ya no lo haya, no implica que, al menos por mi parte, te desee lo mejor de lo mejor. No te imaginas cuanto, a pesar de lo desgastado de este tipo de frases...’’


Y no te respondo, porque, al igual que cuando aun hablábamos a menudo, a veces hablar por uno, podría ser perfectamente hablar por lo dos.

Pero te digo, hasta pronto, y que te vaya muy bien. =)

(Y feliz 2011 a todo el que me lea.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario